Alfajor versus manzana
Primaria quiere prohibir ciertos alimentos y las empresas fluctúan entre el silencio y el rechazo
+ Por Fernanda Muslera - 12.02.2012, 06:00 hs - ACTUALIZADO 09:27 Texto: -A / A+
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De tal palo tal astilla” dice el refrán, y a juzgar por las cifras de obesidad infantil todo indica que los niños uruguayos siguen al pie de la letra los malos hábitos alimenticios de sus padres (aunque el aforismo de la astilla tal vez no sea el más indicado para metaforizar la silueta de la familia uruguaya).
Mientras que el 54% de la población adulta nacional padece de sobrepeso, la tendencia en los menores va en incremento. Según la primera Encuesta Nacional de Obesidad en niños (ENSO) realizada en el año 2000, uno de cada cuatro niños uruguayos tenía sobrepeso. Si bien no se ha realizado un nuevo sondeo nacional, la Sociedad Uruguaya de Pediatría señaló en 2011 que uno de cada tres niños uruguayos excede el índice de masa corporal que le corresponde, informó la licenciada en nutrición Adriana Picasso. A nivel mundial el panorama tampoco es alentador. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se ha duplicado desde 1980, y en 2010 alrededor de 43 millones de niños menores de 5 años poseía sobrepeso.
En este contexto, el diputado del Partido Nacional Javier García propuso en agosto del año pasado un proyecto de ley en el que se promueve la alimentación saludable en los establecimientos educativos y desincentiva la venta de productos alimentarios o bebidas que contengan azúcares simples, grasas saturadas o trans y sal agregada, entre otras medidas. Esto implica mayormente a productos que se toman en las meriendas, como galletitas, alfajores, papas fritas, snacks, chocolates y bebidas cola, que son los que se consumen mayormente en las meriendas de los escolares uruguayos.
En consonancia con esta iniciativa, el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) dio a conocer recientemente un proyecto que pretende implementar cambios en la dieta de sus alumnos a través de la promoción de ciertos alimentos y la prohibición de otros. El Ministrio de Salud Pública (MSP) se encuentra en la actualidad desarrollando un listado de alimentos saludables y no saludables, que recibirían padres y maestros. La idea inicial era introducirlo este año y proceder luego a la prohibición de la venta de alimentos no recomendados. Sin embargo, los alcances del proyecto aún son inciertos.
El ex director general del CEIP, Óscar Gómez, recientemente nombrado subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), estableció que quiere llevar el proyecto no solo a la promoción de hábitos de nutrición saludables y la prohibición de la venta de alimentos no permitidos en las cantinas escolares, sino también a la veda a su consumo.
Ante la posibilidad de que los alumnos introduzcan bebidas y comestibles prohibidos que les den sus padres o compren en kioscos aledaños, Gómez descartó que se revisen mochilas, ya que esa práctica “suena a dictadura”, pero sí aprobó que se incaute y se penalice el consumo, actuando de acuerdo a lo que sucede con otras prohibiciones, como la del uso del celular en las escuelas o la de fumar. La propuesta, no obstante, dependerá de lo que considere el nuevo titular de Primaria, expresó Gómez a El Observador.
Sin embargo, no opinan igual otros de los implicados en el proyecto. El consejero del CEIP, Héctor Florit, fue mucho menos ambicioso en sus expectativas. “No creo que podamos ir más allá de una campaña de educación y de sensibilización a las familias. Un control que implique restricción efectiva es impracticable. El sentido de requisa está totalmente alejado de la esencia de ser maestro”, señaló. Por otro lado, el diputado Javier García, al ser consultado sobre la prohibición de consumir, alegó que eso entra en “el marco de la libertad de cada uno”.
Dime qué callas
Para los expertos consultados, sin embargo, la prohibición del consumo de los alimentos no saludables en las instituciones educativas es una acción necesaria. “Creo que llegó el momento de actuar y no de seguir informando. En las escuelas preguntamos a los niños si diferencian la comida chatarra de la saludable y lo hacen perfectamente. Hay que prohibir, así como está prohibida la entrada del cigarrillo o de una droga. Las maestras escuchan las charlas sobre alimentación saludable y muchas veces son ellas mismas las que salen al recreo a vender papas fritas. Este proyecto de ley va a romper ese doble discurso”, opinó la nutricionista Adriana Picasso. Por su parte, el doctor Raúl Pisabarro, profesor grado 5 de endocrinología y metabolismo, indicó que en ocasiones la prohibición es “perentoria”.
Las empresas fabricantes de los productos que se encuentran en la “lista negra” del proyecto de Primaria fluctúan entre el silencio y el rechazo hacia los aspectos prohibitivos de la propuesta. Solo dos empresas de origen uruguayo y una internacional estuvieron dispuestas a emitir una opinión.
“El diputado Javier García no sabe que hace más de ocho años que dejamos de vender papas fritas en los colegios porque las maestras no lo permiten”, expresó Carlos Luy, gerente general de Papas Manolo. Luy criticó el proyecto de ley porque dice que la alimentación de los niños depende de la responsabilidad de cada padre. “¿Qué quieren, ir contra el mundo? Lo que pasa es que en este país no tenemos políticos”, añadió. Aclaró que las papas de su compañía se fritan en aceite de girasol y que tienen una línea sin sal.
Por su lado, Agustín Vignola, gerente de marketing de alfajores Punta Ballena, expresó su rechazo a la prohibición aunque coincidió en que en las escuelas se debe educar a los niños sobre el consumo de alimentos.
Pedro López Matheu, director de asuntos corporativos para el Cono Sur de Kraftfoods (segunda empresa de alimentos a nivel mundial, productora de alfajores, galletitas y chocolates), destacó que “la idea de prohibir alimentos termina, en general, teniendo un efecto contrario”, y que lo importante es educar a los niños. La empresa que representa, destacó, tiene por política no hacer publicidad en las instituciones educativas.
Sin embargo, el resto de las empresas consultadas prefirieron no expresar opiniones. Montevideo Refrescos (Coca-Cola) y Durulte (alfajores Portezuelo) comunicaron que emitirán un juicio sobre el tema una vez que el proyecto se formalice. Pepsico (que además de elaborar la línea de gaseosas Pepsi es la mayor distribuidora de snacks en Uruguay) y Arcor (caramelos, galletitas, chocolates) se negaron a hacer declaraciones.
Pese a esto, incluso en el ámbito de las grandes empresas de alimentos se visualiza una mayor inclusión de líneas de productos más saludables. “Las compañías industriales han venido cambiando la composición de sus productos, incorporando grasas integrales, cereales con poca azúcar o productos sin sal”, señaló Gustavo Rodríguez, director de la consultora de investigación de mercado Id Retail. A esta línea también han apuntado algunas empresas de comida rápida, con la incorporación de frutas, vegetales o lácteos bajos en grasa como opción en sus menús.
Sin embargo, las compañías consultadas se negaron a dar información respecto a la variación de componentes de sus alimentos para convertirlos en más saludables, a excepción de Kraftfoods, que anunció el compromiso de reducir en 10% el sodio en sus galletas y quesos para el año 2013.
La nutricionista Adriana Picasso dijo que para que el proyecto de ley prospere necesita también del involucramiento de la industria –con medidas como la reducción de la sal en la producción de panes– y de la familia. Afirmó, además, que a los padres les cuesta mucho comprometerse con que la obesidad infantil es un problema de toda la familia: “Es como si tuvieran un niño celíaco o diabético”.
La manzana de la vergüenza
Uno de los mayores obstáculos a la hora de que los niños adquieran hábitos saludables está ligado a las percepciones que las personas tienen de los alimentos que ingieren. Un informe sobre el comportamiento de adolescentes en el consumo de frutas y hortalizas que realizó Id Retail para el Mercado Modelo, reveló ciertas tendencias. En la fantasía asociada al comprador de estos alimentos, por ejemplo, los jóvenes indicaron predominantemente una figura femenina, “haciendo dieta”, que es “modelo” o “deportista” así como también se indicó este consumo como propio de alguien “muy intelectual”. De acuerdo a Gustavo Rodríguez, de Id Retail, se constata una “creciente tendencia a incorporar elementos que sean prácticos, gratificantes en términos de sabor y que den saciedad”. “Mientras que los alimentos envasados cuentan con campañas de comunicación que respaldan su consumo, los alimentos tradicionales no tienen ese respaldo marcario y eso lleva a que hayamos constatado que algunos niños tienen vergüenza frente a sus pares de sacar una manzana de su mochila, porque son señalados como los tontos de la clase”.
Sin embargo, de a poco se evidencian emprendimientos que intentan darle una vuelta de tuerca al binomio sano = aburrido. El mes de noviembre abrió en Pocitos la tienda de alfajores de maicena y galletitas El almacén de los chicos, que bajo el lema “sano, rico y divertido” vende alimentos sin colorantes ni conservantes, con avena y harina integral así como agregados de semillas de chia, lino, amaranto y quinoa. La presentación de los productos, además, cuenta con cajas de colores con personajes, stickers, troquelados y juegos, para acercar un packaging que atraiga a los chicos.
Los galletitas sin relleno, el yogur, los snacks horneados, el maíz inflado y los frutos secos pueden ser también otros sustitutos de las meriendas saturadas de azúcar y grasas de los escolares uruguayos (ver infografía).
Un futuro de obesidad
El futuro para los jóvenes con sobrepeso se revela poco alentador. “El 80% de los chicos gordos serán adultos gordos. Esta generación de niños va a ser una de las primeras que va a tener una expectativa de vida menor que la de sus padres”, destacó la licenciada Picasso.
En esta carrera ascendente hacia la gordura, el doctor Pisabarro destaca, además, que llegan a su consulta “niños obesos con falta de muchos nutrientes” y adolescentes con diabetes tipo dos –clásica de los adultos– hipertensión arterial y colesterol elevado. A estos daños se le suman el deterioro cognitivo, la adicción y los trastornos psicológicos.
Si bien en el consumo alimenticio de los adultos se registran ciertas diferencias de acuerdo a las clases sociales, el afán por la “comida chatarra” de los menores uruguayos parece tener poco que ver con el dinero. “Si bien hay mayor conciencia de la alimentación saludable en las clases media, medio alta y alta, se sigue observando malos hábitos, particularmente en los niños de estos sectores sociales, por falsos conceptos todavía imperantes, como que deben comer galletitas y golosinas porque son niños, mientras los padres van adquiriendo una alimentación más saludable”, destacó Pisabarro.
Según datos del MSP, las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 70% de las muertes de la población nacional, ocupando el primer lugar las enfermedades cardiovasculares. En la evolución de estas enfermedades intervienen diversos factores de riesgo que implican conductas que son modificables, como el consumo de alcohol y tabaco, llevar una dieta inadecuada, y el sedentarismo.
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